Póker de ases

 Al final con la tontería este año 2021 me llevo un póker de ases, cuatro bimbos:

- Graja (ya tocaba) - Corvus frugilegus

- Ratonero moro - Buteo rufinus

- Búho nival - Bubo scandiacus

- Gaviota de Sabine - Xema sabini

Escribí la crónica del avistamiento de las tres primeras especies y ahora toca narrar la noche de extreme birding en que bimbé la sabini.

El miércoles 1 de diciembre trabajé todo el día. Me hallaba inmerso en el fascinante mundo de la burocracia de la oficina cuando recibí unos whatsapps de Albert Cama: tenía relocalizado un ejemplar de gaviota de Sabine (que había sido descubierto por Adrià y Pep Roig días antes) dentro del puerto de Cambrils (Tarragona).

Salí ya de noche del trabajo y, por supuesto, me dije que no había nada que hacer. Me fui a casa. Estaba a punto de cenar cuando estalló la bomba: Albert informó de que la gaviota era más o menos visible gracias a las farolas que iluminaban el paseo del puerto. Se podía observar en condiciones algo precarias, pero era posible. Se ofreció a esperar a todo aquél que quisiera ir a probar suerte. Le dije que le llevaría unas cervezas como agradecimiento.

Cuando se trata de un bimbo tan espectacular como éste se hace lo que sea necesario. Incluso conducir 123 km de noche para ver por telescopio un ejemplar mal iluminado por la luz de unas lejanas farolas.

El plan se gestó. Mucha gente se movilizó. Entre ellas Miquel Bonet, que recogió a Emiliano en La Garriga y luego a mí en Ripollet. Mientras íbamos por la autopista nos llegaban nuevas noticias y no eran buenas: empezaba a llover en Cambrils... la sabini se hallaba un poco lejos... la visibilidad empeoraba...

Durante un buen rato nos temimos lo peor. Pero yo suelo tener suerte con las aves. Llegamos a las once de la noche al puerto y en la misma entrada encontramos un único lugar libre en el que aparcar. No llovía nada, no había viento y la temperatura era más que aceptable, agradable incluso.

Las aguas del puerto están rodeadas por un espigón coronado por una larga pasarela muy ancha y vallada. Allí hallamos a unos cuantos ilustres ornitólogos: Ferran López, Eugeni Capella, Vittorio Pedrocchi y muchos más... y por supuesto estaba también Albert Cama, que ya llevaba unas cuantas horas allí ejerciendo de anfitrión. Compartimos con todos las cervezas que traíamos.

Albert nos cedió su telescopio: la tenía enfocada. El ave estaba a media distancia, iluminada por las farolas del puerto. La observación no era buena pero sí era mucho mejor de lo que esperábamos.

Por mi parte fue imposible obtener ninguna foto. Algunos otros lo consiguieron, entre otros Sergi Carreras, quien amablemente me cedió la siguiente imagen para el blog. La fotografía ilustra un poco en qué condiciones se veía la gaviota. ¡Gracias Sergi!

Al cabo de un rato aparecieron Ponç Feliu, Aleix Comas y Gabri. Y hacia la medianoche llegó Sergi Sales. Los kilómetros no eran problema. Como bien dijo por whatsapp Ricard Gutiérrez (ausente esta vez) "esto tal vez sea lo más loco que se ha hecho en Catalunya".

Dimos por realizado el bimbo y regresamos satisfechos al coche. Miquel nos llevó de vuelta y me dejó en Ripollet. Le estoy muy agradecido también por haberme recogido y haberme permitido acompañarle en el coche. Podría haber ido yo solo pero no lo veía muy claro. Estaba cansado y estuve a punto de echarme atrás. Necesitaba un empujoncito y éste me lo dio Miquel. Y también debo darle las gracias a Xavi Escobar, que nos envió unas excelentes indicaciones para acceder al puerto.

Hay un momento más que ha quedado para el recuerdo, y es la genial versión que realizó Salvador Cases de la famosa canción "Ritmo de la noche": el bimbo de la noche.

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