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Mostrando entradas de mayo, 2022

El halcón y la paloma

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El 6 de noviembre del 2021 subí un rato a la azotea de casa. Valía la pena echar un vistazo: tal vez pasara algún grupo de grullas en migración. Estuve cuarenta y cinco minutos y no anduvo mal del todo. Vi cormoranes, ratoneros, aviones roqueros, pardillos, una alondra, un bisbita común... El punto más salvaje lo puso otra especie. Al tratarse de un casco urbano es imposible no ver palomas domésticas revoloteando aquí y allá. Una en concreto, blanca como la nieve, decidió ganar altura para, tal vez, darse el capricho de abandonar por una vez la seguridad de los edificios. Pensé que, si apareciera en aquellos momentos un halcón peregrino, iba a ser presa fácil: aislada, muy visible, alta... Dejé de observarla y me centré en la posible migración de las grullas. Al cabo de unos minutos vi al halcón. Un adulto. No percibí su llegada, ni la maniobra de caza. Simplemente, pasó frente a mí para mostrarme su trofeo. Los días de la paloma habían llegado a su fin y ella había cumplido su cometid

Robin Hood

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Esta semana me tocaba entrar a trabajar a las nueve en lugar de a las ocho. Así que el domingo anterior ideé un plan: aprovecharía las mañanas venideras para visitar el Parc del Masot sin prisas, pronto, antes de que llegara el gentío de paseantes de perros (entre los que me incluyo, no lo voy a negar). Dos o tres caminatas a lo largo de la semana, antes de comenzar la jornada laboral, sería ideal. El lunes me dio pereza levantarme y pensé que ya iría otro día. Tal vez martes y jueves. Pero no lo hice. Tampoco el miércoles. El cansancio, el calor, la sensación de que la migración ya estaba llegando a su fin... no había muchos motivos para animarme a salir. Así que de cinco días posibles fallé en cuatro, hasta que llegó el viernes. Me desperté temprano, pero di unas cuantas vueltas en la cama. La noche anterior había dejado preparados los prismáticos y la ropa en el comedor para no despertar a Mari cuando me levantara. Tanto me hice el remolón que nos levantamos juntos poco antes de las

Garcilla cangrejera, nueva especie para casa

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El 14 de mayo fue el Global Big Day, una jornada de periodicidad anual propuesta por  The Cornell Lab of Ornithology y la plataforma ebird para celebrar la observación de las aves. Coincide con el Día Mundial de las Aves Migratorias. Se me ocurrieron muchas formas de celebrar ambos eventos, pero al final opté por la más sencilla. Subí a la azotea de casa en Ripollet (Barcelona) y monté el telescopio. Mis aspiraciones eran muy "humildes". Quería ver águila real, misión casi imposible. Pero en días anteriores se había detectado alguna en la comarca y además en marzo del año pasado yo mismo había logrado la hazaña de observar un ejemplar desde el balcón. Otra posibilidad era esperar la aparición de alguna gaviota rara subiendo por el río Ripoll. De nuevo rememoré tiempos pasados, cuando en mayo del 2020 aparecieron dos gaviotas de Audouin, o cuando unos años antes descubrí también en mayo una gaviota groenlandesa ( Larus glaucoides ) en el río Llobregat. Mientras estaba en la

La no-Vanellus leucurus

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De fracasos también vive el ornitólogo. Del domingo 20 al viernes 25 de febrero de este año se observó en el delta de l'Ebre un ejemplar de avefría coliblanca ( Vanellus leucurus ). Yo probé suerte el sábado día 26, junto con otra mucha gente, y fue el primer día en que ya no se vio más al ave. No voy a hurgar en la herida. En lugar de eso, voy a hacer un breve resumen de lo que acabó siendo una jornada bastante productiva. Sin bimbo, pero productiva. Y es que tampoco pasa nada porque haya perdido la que probablemente sea la única oportunidad en mi vida de ver una especie rarísima. Prometo no llorar y escribir con alegría y desparpajo sobre las cosas bonitas que sí se dejaron observar. Sin rencor, querida leucurus . Han pasado ya casi tres meses y ya lo he superado, incluso he dejado de ir a terapia. El ave se veía desde MónNatura, donde se realiza cada año (en septiembre) el Delta Birding Festival. Llegamos pronto por la mañana, pero ya había mucha gente buscando la avefría. Estuv

Israel: 20-03-2022, IBRCE

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Amaneció el 20 de marzo, y nosotros con él. El plan del día era visitar varios puntos de interés, pero en cada uno de ellos vimos tantas aves que no voy a relatar en esta entrada la jornada entera: la dividiré en bloques. De momento me limitaré a nuestra primera incursión en el IBRCE ( The International Birding & Research Center Eilat ). Quedamos a las 5.40 de la mañana en el vestíbulo del hotel. Cabe decir que aquí el Sol sale más temprano que en España, así que si queríamos aprovechar las horas de luz no nos quedaba más remedio que despertarnos a esas horas. Por supuesto, también anochece antes (y con más velocidad). Salimos a la calle y ya se podían ver las primeras aves: algunos cuervos indios ( Corvus splendens ) estaban posados en la azotea del edificio situado frente a nuestro hotel. ¡Bimbo! El decimoquinto, y manera inmejorable de comenzar la jornada. Íbamos a desayunar en la panadería de la esquina, la cual lucía un cartel que anunciaba su apertura las 24 horas del día. Ca

Chorlitejo chico anillado en el Parc del Masot

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El 28 de abril, jueves, antes de entrar a trabajar eché un vistazo al Parc del Masot (Ripollet) mientras paseaba a Nina, la perra ornitóloga. En el tramo del río Sec que lo atraviesa se alimentaba un chorlitejo chico ( Charadrius dubius ). En ocasiones veo alguno por aquí, aunque son más comunes río abajo, ya en el Ripoll. Así que siempre es una alegría detectar uno en "mi parque". Este ejemplar tuvo la particularidad de que... se dejó fotografiar. Muchos de los chorlitejos que se ven por esta zona están anillados por Antonio España, quién lleva años estudiando los movimientos de esta especie. Éste llevaba una combinación de colores "naranja pata derecha / blanco pata izquierda". Antonio ya está informado. Da gusto comenzar así la jornada, justo antes de encerrarme en una habitación con un ordenador.