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Mostrando entradas de junio, 2009

Finlandia-Noruega 2007 (parte 3): de Lahti a Oulu

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Yo no estaba en el coche en aquel momento, no mentalmente al menos. No recuerdo dónde me hallaba, pero lo cierto es que un ruído me devolvió a la realidad. El cuerpo me dolía. Estaba cansado. Abrí los ojos y frente a mí vi una tapicería. Me incorporé y choqué con el volante. Vaya, así que me hallaba en el Renault de Finlandia. Yo era el conductor y había dormido en el mismo asiento que ocupaba cuando aparqué el vehículo unas horas atrás en el párking de la carretera. Un movimiento a mi izquierda me llamo la atención. Sobresaltado, contemplé como una mole enorme (¿un mastodonte?) se desplazaba muy cerca de nosotros. Abrí los ojos del todo. El colosal animal ocupaba gran parte de mi campo visual. Y por supuesto no era un animal. Un gigantesco camión cargado de troncos intentaba maniobras imposibles para poder situarse tras nuestro coche sin tener que despertarnos para que lo moviéramos... Estaba conmovido... Aquel hombre prefería sudar haciendo malabarismos con un camión a tener que desp

Finlandia-Noruega 2007: el pollo no identificado

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Durante la primera jornada -el día 3 de julio- encontramos muerto en una pista forestal un pollo de alguna especie de paseriforme. No supimos identificarlo, y aún hoy seguimos con la duda. Aunque pensamos en la posibilidad de que se tratara de camachuelo común ( Pyrrhula pyrrhula ) la falta de una guía con imágenes de pollos nos impidió confirmarlo. Así que tomamos algunas fotos del pobre animal con la esperanza de que alguien le saque del anonimato. Se agradecerían comentarios y opiniones varias.

Finlandia-Noruega 2007 (parte 2): de Vantaa a Lahti

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El 3 de julio del 2007 pisamos por primera vez en nuestras vidas las tierras finlandesas. El avión aterrizó en el aeropuerto de Vantaa a las 15.30 horas. Aquí pude comprobar in situ qué es realmente Europa. Todo limpio y reluciente, buenas indicaciones, personal suficiente y en sus puestos... No me recordaba mucho al lugar del cual yo procedía. Un sol espectacular nos dio la bienvenida. Hacía calor y nada hacía pensar que nos encontrábamos unos cuantos miles de kilómetros más próximos al polo norte que apenas unas horas atrás. Nuestro coche de alquiler esperaba. Una bella mujer finlandesa nos dio las llaves de nuestro Renault, una maravilla de máquina que iba a compartir con nosotros algunos miles de kilómetros. No tenía GPS, pero sí radio y CD, para poder escuchar nuestros discos de cantos de aves: quizá fueran necesarios para identificar alguna especie. La radio también fue importante, ya que aunque no entendíamos ni una palabra de finés, ¡sí podíamos escuchar toda el heavy metal