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Mostrando entradas de abril, 2011

Viaje al Atlántico: Canarias y Salvajes, parte 3.

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Nos despertamos antes de que amaneciera, tal era el ansia que teníamos de ver aves. Así que dedicamos un buen rato al desayuno, hasta que la luz nos permitió continuar nuestro viaje. Estábamos ya en la corona forestal del Teide y el día no pudo comenzar mejor. En uno de los miradores que se hallan en el ascenso por la carretera hicimos una parada para buscar al famoso pinzón azul ( Fringilla teydea ). Ni siquiera hubo la emoción de la espera: allí estaba, frente a nosotros, muy cerquita, ajeno a nuestros prismáticos y cámaras. Machos y hembras deambulaban por el suelo buscando su alimento. El pico picapinos ( Dendrocopos major canariensis ) trepaba en las coníferas cercanas. Herrerillos, mosquiteros... pajarillos de toda índole revoloteaban aquí y allá, salpicados por nuestras abundantes babas. Primera observaciones del Teide. De izquierda a derecha: un volcán, la física y ornitóloga Cristina Prieto, y servidor, el heavy-informático-ornitólogo Jordi Sala. Caras de felicidad

Sigo siendo amigo de un verdecillo.

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Hace unos meses escribí que me había hecho amigo de un verdecillo: http://ornitosecta.blogspot.com/2010/08/la-amistad-de-un-verdecillo.html Aquella entrada decía básicamente que en marzo del año pasado cayó una gran nevada en Barcelona, y que a última hora de la tarde, ya de noche, hallé un verdecillo ( Serinus serinus ) que estaba a punto de dar con sus huesos en la tumba. Le llegaba el fin a sus días en la Tierra. Pero pude recogerlo y ponerlo a salvo, y liberarlo la mañana siguiente, cuando el sol ya brillaba en un cielo azul premonitorio de la primavera que se aproximaba. Esto era al mediodía. Horas después hallé al ave. Al día siguiente: algunos restos de nieve, pero nada que ver con la jornada anterior. También escribí entonces que el 23 de julio un pequeño pájaro se posó cerca de mí en el mismo balcón en el que yo había liberado a aquella ave tres meses y medio antes. Era un verdecillo. Yo ni siquiera sé leer los labios de los seres humanos, pero sin embargo diría que p