Viaje al Atlántico: Canarias y Salvajes, parte 3.
Nos despertamos antes de que amaneciera, tal era el ansia que teníamos de ver aves. Así que dedicamos un buen rato al desayuno, hasta que la luz nos permitió continuar nuestro viaje. Estábamos ya en la corona forestal del Teide y el día no pudo comenzar mejor. En uno de los miradores que se hallan en el ascenso por la carretera hicimos una parada para buscar al famoso pinzón azul ( Fringilla teydea ). Ni siquiera hubo la emoción de la espera: allí estaba, frente a nosotros, muy cerquita, ajeno a nuestros prismáticos y cámaras. Machos y hembras deambulaban por el suelo buscando su alimento. El pico picapinos ( Dendrocopos major canariensis ) trepaba en las coníferas cercanas. Herrerillos, mosquiteros... pajarillos de toda índole revoloteaban aquí y allá, salpicados por nuestras abundantes babas. Primera observaciones del Teide. De izquierda a derecha: un volcán, la física y ornitóloga Cristina Prieto, y servidor, el heavy-informático-ornitólogo Jordi Sala. Caras de felicidad ...