Torres de Segre, Candasnos, La Salada

El tiempo pasa, y ya casi fa vint anys que tinc vint anys, y últimamente me está dando por bimbar aquellas especies de aves que se me han resistido a lo largo de mi vida. Tarde o temprando tenía que ponerme a buscarlas, y ahora es un momento tan bueno como cualquier otro. El bigotudo (Panurus biarmicus) es una de esas especies.

El 26 de febrero de este año 2012 fuimos en su busca Daniel González y yo, visitando el pantano de Utxesa, en Torres de Segre (Lleida), pero no tuvimos suerte (aunque sí aparecieron otras especies en lo que volvió a ser una gran jornada de observación de aves).

Siete días después, el 4 de marzo, volví a intentarlo. En esta ocasión no vino Dani, pero sí Lluís Hernández y mi sobrino Jordi. El lugar escogido fue el mismo, pero la visita al pantano de Utxesa fue solo la primera parada que los ornitosectarios hicimos aquel día. El programa era el siguiente:

1 - Partir desde Barcelona en dirección Lleida, para visitar Utxesa a primera hora y buscar bigotudo.
2 - Ir al oeste, hasta Candasnos, ya en Aragón, para intentar ver una cerceta aliazul (Anas discors) que había sido observada días antes.
3 - Ir más al oeste aún, hasta Bujaraloz, y más al sur después, hasta llegar a la Salada de la Playa (Sástago), lugar en el que se había detectado una collalba desértica (Oenanthe deserti).

La gran kilometrada nos permitió detectar un total de 68 especies diferentes, aunque no se llegaron a cumplir los planes que acabo de explicar.

Mi sobrino Jordi, otro apasionado de las aves.
 

El viaje hasta Utxesa transcurrió sin incidentes, y al llegar el bigotudo apareció sin hacernos esperar mucho, cosa de agradecer. Los pequeños pajarillos reclamaban y revoloteaban sobre el carrizo, siempre en movimiento, apenas deteniéndose no más que unas décimas de segundo para desaparecer con rapidez entre la vegetación. El bimbo conseguido nada más empezar nos permitía cierto relajamiento en caso de que luego el día no acompañara.

Otros aves interesantes detectadas en Utxesa fueron carricerín real (Acrocephalus melanopogon), del cual oímos un ejemplar, garceta grande (Casmerodius albus), gavilán (Accipiter nisus), acentor común (Prunella modularis), tejedor (Remiz pendulinus) y escribano palustre (Emberiza schoeniclus).

Cumplido el primer objetivo pudimos poner pronto rumbo a la laguna de Candasnos. Pero aquí ya no hubo suerte con la cerceta aliazul. No sabía yo entonces que dos meses después podría verla en el delta del Llobregat. Escribo estas líneas algo más de 48 horas después de ese avistamiento, gracias a un aviso que el propio Lluís me dio hace tres días.

Milano real (Milvus milvus)
 


Pero volvamos al 4 de marzo. Si buen fue decepcionante no ver la cerceta en Candasnos, no nos fuimos con mal sabor de boca por la gran cantidad de especies que pudimos disfrutar. Entre otras aparecieron: buitre leonado (Gyps fulvus), milano real (Milvus milvus), paloma zurita (Columba oenas), golondrina común (Hirundo rustica), lavandera boyera (Motacilla flava), garceta grande (Casmerodius albus), zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) y también siete anátidas distintas: ánade real (Anas platyrhynchos), ánade friso (A. strepera), pato cuchara (A. clypeata), cerceta común (A. crecca), pato colorado (Netta rufina), porrón común (Aythya ferina) y porrón moñudo (A. fuligula).


El orden del día nos llevó a Bujaraloz y a la Salada de la Playa. Tampoco fuimos premiados con la collalba desértica, pero a cambio nos llevamos el nada desdeñable avistamiento de tres avutardas (Otis tarda) y de varios ejemplares de gangas (Pterocles alchata) y ortegas (P. orientalis). Otras aves de sumo interés fueron el aguilucho cenizo (Circus pygargus), el mochuelo (Athene noctua), la calandria (Melanocorypha calandra), la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y las dos primeras cigüeñuelas del año.

Ortegas (Pterocles orientalis)


 Gangas (Pterocles alchata)

Mochuelo (Athene noctua)


Buscamos con ansia a la collalba pero como ya he dicho no se dejó ver. Pero la contemplación de las avutardas, las gangas y las ortegas, y del paisaje en el que viven, bien vale un desplazamiento hasta la Salada de la Playa.

De regreso hacia Barcelona, ya atardeciendo, nos detuvimos de nuevo en Candasnos, para realizar un último intento de hallar a la cerceta aliazul. Esta segunda visita no dio mejores resultados que la realizada por la mañana, en lo que a la bella anátida se refiere, pero sí nos ofreció un espectáculo sin igual en forma de dormidero de aguiluchos laguneros (Circus aeruginosus). Decenas y decenas de ejemplares se agolpaban en los campos aledaños a la laguna, buscando un lugar tranquilo en el que posarse bajo los últimos rayos del sol poniente.






 

Estorninos negros (Sturnus unicolor)

Tres objetivos, tres posibles bimbos, y uno solo conseguido, el bellísimo bigotudo. A pesar de eso no puedo más que calificar la jornada de éxito absoluto, así de poco acostumbrado estoy a la visión de las avutardas, inmensa ave que aquel 4 de marzo contemplé por tercera vez en mi vida.

Comentarios

  1. Avutardaaaaas !!! A ver si narras ya tu primer avistamiento y sus desventuras :)

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