Maratón de la S.E.O. 2012

En el año 2012 de nuevo la Ornitosecta participó en la maratón de la Sociedad Española de Ornitología (S.E.O.), y los miembros del equipo fueron Daniel González, Jaume Castellà y un servidor, Jordi Sala. La fecha escogida fue el 22 de abril, domingo.

Como siempre, voy a recordar a los no familiarizados con la ornitología en qué consiste esta maratón: no es más que una divertida competición en la que consigue la victoria el equipo que identifique más especies de aves en 24 horas. Los ganadores suelen llegar a las 200 especies, pero nosotros no aspiramos a eso. Simplemente participamos por amor a las aves. En el año 2011, en nuestra segunda maratón conseguimos la marca de 126 especies. El reto de esta nueva edición era superar esa marca.

Para conseguirlo, decidimos realizar un itineario distinto al del año anterior. Mientras que entonces nos movimos por las comarcas del Maresme, Baix Llobregat y Garraf, en esta ocasión nos pusimos el listón más alto, incluyendo el Pirineo y Osona en nuestra ruta.

El punto de encuentro fue Tona, cerca de Vic. Aquí Dani y yo recogimos a Jaume para iniciar la jornada. Esta zona es bastante llana, y predominan los campos de cultivos salpicados de pequeñas manchas boscosas. Hacia las 6 de la mañana iniciamos nuestro periplo detectando algunos autillos (Otus scops) y algunos paseriformes antes de la salida del sol.

1- Passer domesticus
2 - Erithacus rubecula
3- Otus scops
4 - Parus major
5 - Galerida cristata
6 - Turdus merula
7 - Turdus philomelos
8 - Luscinia megarhynchos


El mochuelo (Athene noctua), muy abundante aquí, nos falló. No perdimos más tiempo buscándolo (teniendo en cuenta además que podía aparecer al anochecer) y pusimos rumbo a Ribes de Fresser, un pueblecito a pie del Pirineo. De aquí ascendimos con el coche hasta Queralps, y más arriba aún hasta el Pla dels Evangelis, ya a más de 2000 metros de altitud, rodeados por una densa niebla que nos jugó una mala pasada: aparcamos el vehículo para recorrer la zona, y a pesar de que no había peligro serio de extraviarse, una vez finalizada la pequeña excursión nos llevó bastante tiempo localizar de nuevo el coche. Esto nos hizo perder una media hora bastante valiosa.

De izquierda a derecha, Daniel González, Jaume Castellà y Jordi Sala.




Huellas de liebre en la nieve. Unos pocos ejemplares fueron los únicos mamíferos que nos hicieron compañía en la soledad del piso nival.




Jordi, Jaume y Dani, empapados por la niebla.


 
Aunque en lo referente al horario ya íbamos bastante mal, el balance ornitológico fue sin embargo bastante positivo. No llevábamos un buen ritmo de maratón, pero habíamos disfrutado mucho con la observación de algunas especies espectaculares.

9 - Motacilla alba
10 - Parus caeruleus
11 - Troglodytes troglodytes
12 - Phoenicurus ochruros
13 - Corvus corax
14 - Corvus corone
15 - Aegithalos caudatus
16 - Pyrrhula pyrrhula
17 - Regulus ignicapilla
18 - Garrulus glandarius
19 - Sylvia atricapilla
20 - Cinclus cinclus
21 - Columba palumbus
22 - Fringilla coelebs
23 - Columba livia
24 - Serinus serinus
25 - Cuculus canorus
26 - Sturnus vulgaris
27 - Dendrocopos major
28 - Phylloscopus collybita
29 - Turdus viscivorus
30 - Emberiza cia
31 - Parus ater
32 - Oenanthe oenanthe
33 - Anthus spinoletta
34 - Prunella modularis

35 - Turdus torquatus
36 - Loxia curvirostra

La neblina dificultó la observación. En la primera foto, una pareja de piquituertos (Loxia curvirostra). La visibilidad mejoró durante unos segundos, permitiendo conseguir la segunda foto.



37 - Monticola sp.
38 - Perdix perdix
39 - Alectoris rufa
40 - Saxicola torquata

De nuevo los jirones de niebla nos ocultaron las aves. En la foto, una tarabilla común (Saxicola torquata).


Nuestra siguiente parada fueron unos campos rodeados de bosques en las cercanías del vertedero de Orís, un bonito lugar desde un lado de la montaña... un infierno de basura desde la otra vertiente. Nosotros nos hallábamos en el lado "bueno", disfrutando de un hermoso paisaje, de la agradable temperatura primaveral y de la compañía de multitud de aves interesantes y del ganado que pastaba.

Los buitres nos sobrevolaban, lanzándose desde unas paredes iluminadas por el sol donde posiblemente habían pasado la noche. Junto a ellos planeaban milanos negros y reales, y una cigüeña solitaria que a la postre sería la única que observaríamos en todo el día.

41 - Ptyonoprogne rupestris
42 - Carduelis chloris
43 - Hirundo rustica
44 - Anas platyrhynchos
45 - Apus apus
46 - Emberiza cirlus
47 - Ardea cinerea
48 - Buteo buteo

Un ratonero (Buteo buteo) sorprendido entre la espesura.
 

Otro ratonero, posiblemente el mismo ejemplar, disfrutando del vuelo.

49 - Larus michahellis
50 - Gyps fulvus

51 - Cettia cetti
52 - Carduelis carduelis
53 - Milvus milvus
54 - Milvus migrans
55 - Picus viridis
56 - Ciconia ciconia
57 - Phylloscopus bonellis
58 - Pica pica

De ahí fuimos hasta una colonia de ardeidas en Sant Hipòlit de Voltregà. Situada junto al río Ter, es un lugar inmejorable para observar aves de ribera. Pero además nos llevamos el premio que suponían el águila culebrera y el águila calzada. Tras "agotar" la zona continuamos camino hacia el delta del Llobregat. Por el camino y desde el coche cayeron el cernícalo vulgar mientras rodeábamos la ciudad de Vic, y el vencejo real en las cercanías de Barcelona.

Garzas reales (Ardea cinerea) y martinetes (Nycticorax nycticorax), ambos en la foto, comparten la colonia con garcetas comunes (Egretta garzetta) y garcillas bueyeras (Bubulcus ibis).




59 - Aquila pennata
60 - Circaetus gallicus
61 - Nycticorax nycticorax
62 - Egretta garzetta
63 - Bubulcus ibis
64 - Emberiza calandra
65 - Streptopelia decaocto
66 - Oriolus oriolus
67 - Phylloscopus trochilus
68 - Passer montanus
69 - Delichon urbicum
70 - Motacilla cinerea
71 - Falco tinnunculus
72 - Apus melba

Llegada apoteósica al delta. Nos recibieron  las cotorras argentinas en el Prat del Llobregat, y cincuenta especies más de aves. A las sorpresas agradables como fueron la presencia de los flamencos, la observación de los dificilísimos avetorillos, los inesperados vencejos pálidos, la preciosa cerceta carretona, o el previsible pero no por ello menos bello pato colorado, hubo que añadir la decepción de no observar ni una sola grajilla cangrejera. Fue su ausencia quizá uno de los pequeños fracasos ornitológicos de la jornada.





73 - Myiopsitta monachus
74 - Sylvia melanocephala
75 - Cisticola juncidis
76 - Larus audouinii
77 - Larus ridibundus
78 - Porphyrio porphyrio
79 - Recurvirostra avosetta
80 - Himantopus himantopus

81 - Apus pallidus
82 - Chlidonias hybrida
83 - Acrocephalus arundinaceus
84 - Fulica atra
85 - Tachybaptus ruficollis
86 - Anas strepera
87 - Podiceps cristatus

88 - Anas querquedula
89 - Ardea purpurea
90 - Gallinula chloropus
91 - Acrocephalus scirpaceus
92 - Ixobrychus minutus
93 - Netta rufina

94 - Phasianus colchicus
95 - Larus melanocephalus
96 - Phalacrocorax carbo
97 - Actitis hypoleucos
98 - Haematopus ostralegus
99 - Tringa totanus
100 - Tadorna tadorna
101 - Limosa lapponica
102 - Tringa nebularia
103 - Tringa glareola
104 - Charadrius alexandrinus
105 - Calidris ferruginea
106 - Motacilla flava
107 - Charadrius hiaticula
108 - Phoenicurus phoenicurus

109 - Ficedula hypoleuca
110 - Lanius senator
111 - Sylvia cantillans
112 - Sylvia communis
113 - Aythya ferina
114 - Riparia riparia
115 - Anas clypeata
116 - Anser anser
117 - Upupa epops

118 - Phoenicopterus roseus
119 - Rallus aquaticus
120 - Plegadis falcinellus
121 - Numenius arquata
122 - Estrilda astrild

Pero hubo un fracaso aún mayor, no achacable a la pobre garcilla cangrejera. Las horas transcurrieron con demasiado rapidez, y nosotros fuimos demasiado lentos. No invertimos debidamente el tiempo correcto en los diferentes hábitats que visitamos aquella jornada, y lo acabamos pagando. Cuando abandonamos el delta para ir a la sierra de Garraf ya era demasiado tarde.



Atardecía. El sol aún iluminaba las paredes rocosas y las colinas de espesa vegetación arbustiva, pero ya eran pocas las aves que revoloteaban de un lado a otro. Ya no había posibilidad de ver a la maravillosa águila perdicera, ni a la espectacular collalba rubia. La oscuridad cayó a plomo y tan solo cuatro aves engrosaron la lista para dejarla exactamente en la misma cifra que habíamos conseguido en la edición anterior, la del 2011.





123 - Saxicola rubetra
124 - Sylvia undata
125 - Sturnus unicolor
126 - Carduelis cannabina

No superamos por lo tanto nuestro récord particular, con el agravante de que esta vez hicimos 400 km más que entonces. Mal balance. Mucha distancia recorrida... mismo número de especies... algo había fallado. Posiblemente fuera nuestra mala elección en la distribución del tiempo. Tal vez fuera simplemente mala suerte.

Con noche cerrada, realizamos un último intento de localizar mochuelos en las cercanías de la Roca del Vallés, pero no escuchamos ni vimos ni uno solo. Tal vez el fallo de la garcilla cangrejera fuera un pequeño fracaso, pero el mochuelo era uno mayor. Este final no nos dejó buen sabor de boca. Y eso no está bien. Identificamos 126 especies de aves en un solo día. Esto es un "wow" en toda regla.

Pero tomamos nota para hacerlo mejor el año próximo. Queremos observar muchas más aves en 24 horas.

Comentarios

  1. Quina crònica! Mola molt Jordi, i molt completa.... Llàstima de fer tants quilòmetres per no fer un número diferent al de l'any passat... Però en fí, és la competició, de vegades passa.
    Ei, les fotos són ben xules. No es corresponen amb la merda de càmara que dius tenir. Quin és truc?
    :-)
    P.D: m'enviaràs l'enllaç de la caixa-de-vi-niu-de-falciots?
    Salutacions!

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  2. No, no, no m'has entés, la càmera és bona, precissament el que volia dir és que les fotos són més merit de la càmera que del fotògraf. ;)

    T'envio l'enllaç al mail.

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