Sant Llorenç de la Muga y Danaus chrysippus

El fin de semana del 11 y 12 de octubre del 2014 lo pasamos Jaume, Dani y yo pajareando en Sant Llorenç de la Muga (un precioso pueblo situado en la comarca del Alt Empordà, Girona), gracias a la hospitalidad del primero, quien nos ofreció su casa para pernoctar y nos hizo de guía por unas tierras que él conocía y conoce muy bien.

Mientras que la tarde del sábado la pasamos charlando frente a una cerveza en la terraza de un bar, el domingo día 12 madrugamos (no mucho) y lo dedicamos a la observación de las aves y de la naturaleza, y a la contemplación y disfrute de los hermosos paisajes montañeses que se yerguen alejados de la llanura costera.

Se trataba de una zona que yo visitaba por primera vez, y caminé con los ojos bien abiertos y los oídos atentos a los cantos de las aves, los únicos sonidos perceptibles en aquellos bosques a aquella hora de la mañana.

Prados y nieblas en un suave día de otoño.


El río Muga, que da nombre al pueblo, lo acompaña a su paso. En él, explicaba Jaume, había visto en más de una ocasión pato mandarín (Aix galericulata). Nos habló también de una gran crecida que tuvo el río en el pasado, de como el nivel del agua alcanzó gran altura, amenazando las viviendas aledañas, y nos mostró una piedra que colocaron en su momento las gentes del lugar como marca para el recuerdo, como testigo perenne de lo cerca que estuvo el cauce del río de inundar parte del pueblo.

En Sant Llorenç de la Muga se han observado también nutrias, incluso en los canales de agua que cruzan sus callejuelas.

Debo confesar que me suelo olvidar de fotografiar los pueblos que visito. Al llegar a casa y descargar las fotos de la cámara me encuentro indefectiblemente con decenas de imágenes de aves y muy pocas de los lugares de los que luego me gusta hablar. Craso error por mi parte que debo corregir. En este caso fotografié una chimenea porque había posado en ella un estornino pinto.



Seguimos el río en su camino hacia el norte, hacia el cercano pantà de Boadella. El trayecto nos permitió detectar mirlo acuático, lúganos, mitos, herrerillos, carboneros, petirrojos, escribanos soteños, chochines, currucas, tarabillas... entre los grandotes nos topamos con los cuervos y las garzas reales, y en las cercanías ya del pantano, cormoranes grandes, ánades reales y la sorpresa de la mañana, dos ocas de Egipto (Alopochen aegyptiaca).

Dani y Jaume observan algo ya en la cola del pantano.


Oca de Egipto (Alopochen aegyptiaca)


Regresamos al pueblo, y puesto que nos había sobrado tiempo decidimos pasar las horas restantes del día  en los Aiguamolls de l'Empordà, a distancia asequible yendo en coche. Nos trasladamos pues hasta la zona conocida como el Matà y tomamos el camino de la playa.

Vimos algunas especies interesantes como abejero europeo, garceta grande, combatiente, alondra, collalba gris, martinete... pero lo más interesante fue observar en directo el fenómeno del cual ya teníamos constancia gracias a la información expuesta por el portal de naturaleza www.ornitho.cat: la invasión de la bella y rara mariposa tigre (Danaus chrysippus). Decenas de ejemplares pululaban por las hierbas y matojos que flanqueaban el sendero.





Los minutos finales de la tarde los pasamos en la zona de los Tres Ponts, un extenso carrizal situado al norte del pueblo de Castelló d'Empúries. Allí nos esperaba para ser filmado y fotografiado un precioso ejemplar de jabalí (Sus scrofa).



Termino con un vídeo del mismo jabalí.

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