Brasil 2017, segunda parte: São Miguel das Missões
Yo aún seguía excitado por la visión del sabiá laranjeira cuando bajé a desayunar a la planta baja del hotel Ibis de Porto Alegre, donde nos alojábamos. Allí ya me esperaban Sílvia, Pili, Óscar y Henrique. El buffet que nos ofrecía el hotel era toda una declaración de intenciones de los desayunos de aquellas latitudes: básicamente muchas frutas (¡qué papaya hay en Brasil!) y zumos. Henrique era brasileño pero hablaba un español muy correcto. Le pregunté por un curioso zumo de color verde. Me sugirió que lo probara. Dijo que era natural y bastante nutritivo. - La gente lo toma aquí como bebida para tener energía -apuntó con su acento portugués. Recordé el rodizio de carnes de la noche anterior, en el restaurante gaucho. Al entrar en él (una enorme nave de madera con un gigantesco comedor) no sabía lo que me esperaba. Nos sentamos a una mesa, de madera también, y un amable joven apareció y clavó en ella y frente a mi cara una enorme espada que llevaba ensartados vari...