La triste historia del piquero patirrojo

Sula sula: no es el título de una nueva canción del verano. Es el nombre científico del piquero patirrojo, un ave marina tropical no presente en Europa... hasta ahora.

En agosto de este año 2010 un único ejemplar fue avistado en Málaga.

Cuatro meses después, en diciembre, otro ejemplar (¡tal vez el mismo!) fue detectado frente a la costa brava catalana, y el ave decidió afincarse en el puerto de l'Estartit. Gracias a internet la noticia corrió como la pólvora y decenas de ornitólogos de varios países se acercaron hasta allí para conseguir el "bimbo" del año.

La ornitosecta no fue una excepción. Me enteré de la presencia del ave el día 7 de diciembre por la tarde. No hizo falta más. Un par de llamadas, algunos mails... Al día siguiente, el miércoles 8, Cristina, Dani, el joven Adrián y un servidor nos poníamos en marcha para buscar a la megarareza.

Llegamos a l'Estartit hacia las diez de la mañana, y como suele ser habitual en estos casos, llegamos, vimos y vencimos.

Piquero patirrojo (Sula sula)



Ornitólogos babeando con el avistamiento.

Tras disfrutar del Sula durante un buen rato nos fuimos a celebrarlo a un bar cercano. Y a la media hora, con el estómago algo más lleno regresamos de nuevo al punto de observación para seguir gozando del ave.

Ornitosecta, despertacata!

Pero resultó que justo en esos momentos se había marchado a pescar a las Illes Medes. Así que tuvimos que caminar unos cien metros para llegar a un mirador que daba directamente al mar. Tras el agotador paseo plantamos los "catas" y ¡bingo! ¡Un Sula sula pescando!

Vista de las Illes Medes.

Resumiré la jornada añadiendo que nos pusimos "moraos" de piquero, y que una vez satisfechas nuestras ansias bimberas en cuanto a rarezas se refieren, nos desplazamos hasta la cercanísima sierra del Montgrí para que Dani y Adrián pudieran añadir a sus listas una de las aves más espectaculares de la fauna ibérica: el búho real (Bubo bubo). Para Dani este especie está maldita. En cambio Adrián aún es demasiado joven como para tener "especies malditas".

Sin embargo el búho no se dejó ver, aunque pudimos oírlo durante una hora larga.

Infructuosa espera del "duc".


Al día siguiente, jueves, continúe siguiendo vía internet las peripecias del piquero, y descubrí asombrado que había desaparecido. Partió volando pasadas las nueve de la mañana para no volver más.

Pero contra todo pronóstico dos semanas después llegaron nuevas y tristes noticias. El ave había regresado al mismo puerto de l'Estartit pero en mal estado: tenía un anzuelo clavado en el interior de la boca. Para intentar salvarle la vida se decidió su captura y traslado al Centre de Recuperació de Fauna Salvatge, situado en Torreferrussa, donde se descubrió que tenía dos anzuelos más en el estómago.

Operaron al ave y en estos momentos, ya a finales de mes, se encuentra recuperándose de manera satisfactoria. Pero aún queda por hacer algo más difícil de lo que parece: devolverlo a la libertad y que el animal consiga sobrevivir. Necesita pescar para alimentarse, y no está muy claro que consiga regresar a la vida salvaje sin problemas tras pasar tantos días en cautiverio, sin un plumaje en óptimas condiciones y con una cicatriz en el cuerpo.

Pero un equipo de profesionales está trabajando para que las cosas salgan bien, y la esperanza es siempre grande.

La gente es más o menos conocedora de algunos de los problemas que tienen las especies marinas para sobrevivir: tortugas que mueren asfixiadas al tragarse bolsas de plástico creyendo que son medusas, delfines y otras especies de animales que mueren atrapados en redes de pesca que no estaban destinadas a ellos, destrucción de la costa, manchas de petróleo, recursos agotados... los anzuelos perdidos son sólo un enemigo más a intentar esquivar por los habitantes del medio marino.

Sirva este pequeño relato de las andanzas del piquero de l'Estartit para recordarnos esos problemas, y así al menos su sufrimiento habrá aportado algo más que consternación a todos los ornitólogos que lo hemos visto libre, volando, pescando. Sé que este blog lo lee muy poquita gente, pero nunca está de más aportar otro granito de arena.

Veremos cómo termina esta curiosa historia del piquero de patas rojas. La narración de sus andanzas es también la narración de los problemas de la vida marina. Por desgracia, aunque el ave sobreviva no estaremos seguros de que sea una historia con final feliz mientras sigan pendiendo tantas amenazas sobre el mar.

Comentarios

  1. Hola Jordi! Es extraño que no sepas que en 1977 se estrellaron dos Jumbos en ese aeropuerto con 583 fallecidos, lo que sigue siendo el accidente con mas muertos en la historia de la aviación.
    Por su mala situación hace que esté muchas veces cubierto de una espesa niebla. Es por lo que en un espacio tan reducido como una isla se construyese otro mas al sur en mejor ubicación y ese ha quedado bastante en desuso aunque por la cercanía a la capital es el que solemos usar los isleños en nuestros desplazamientos. A veces tienen que desviar los vuelos para que aterricen en Tenerife sur, con eso te lo digo todo.
    Saludos Marga

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  2. Hola Marga! No puedo mover tu comentario a la entrada correcta (la del "viaje a Canarias y Salvajes, parte 1), pero no importa.
    Lo del accidente lo había olvidado por completo, yo era muy pequeño. Tuvo que ser algo aterrador.
    Ahora entiendo lo de que tengáis dos aeropuertos.
    ¡Gracias por el comentario!

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